Medio camino hacia 2030: ¿Qué tan lejos estamos de alcanzar el ODS 4?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) establece diez metas para lograr una educación de calidad para todos. Estas metas abarcan desde garantizar que los niños tengan acceso a 12 años de educación de calidad con maestros calificados, hasta asegurar que aprendan a leer y escribir, se conviertan en ciudadanos globales activos y continúen accediendo a la educación o capacitación a lo largo de sus vidas.
Ahora que nos encontramos a medio camino para alcanzar el ODS 4, es importante analizar el progreso que se ha logrado en cada una de estas metas desde que se estableció el objetivo en 2015. ¿Estamos avanzando lo suficientemente rápido?
Poniendo un pie en la escuela
Antes de adentrarnos en el análisis de la calidad de la educación, es crucial abordar el hecho de que actualmente hay 250 millones de niños que no asisten a la escuela.
Según los datos del Instituto de Estadística de la UNESCO y el Informe GEM, este número ha aumentado en 6 millones en comparación con el año anterior. Gran parte de este incremento se debe a la exclusión masiva de niñas en Afganistán, pero también refleja el lento progreso en todo el mundo.
Estas cifras significan que si seleccionáramos al azar a seis niños de diferentes partes del mundo, es probable que uno de ellos no esté recibiendo educación en este momento.
Esta situación socava todo el ODS 4 y pone en peligro el logro de sus metas.
Es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta brecha educativa y garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad. El futuro de millones de niños y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible dependen de ello.
La urgencia de garantizar la educación primaria para todos los niños
Revertir el estancamiento en la educación preescolar
Desde el año 2015, no se han producido avances significativos en la educación preescolar a nivel mundial. Aunque se han registrado algunos avances en África subsahariana, África septentrional y Asia occidental, estas regiones siguen estando rezagadas en comparación con el resto del mundo.
Esta falta de progreso significa que 6 millones de niños no han tenido la oportunidad de asistir a la escuela preescolar en el momento adecuado. Es evidente que se necesita acelerar el ritmo de avance para lograr los objetivos nacionales en materia de educación.
La necesidad de acelerar el progreso
Para que los países alcancen sus metas educativas, es necesario matricular a 1,4 millones de niños adicionales cada año en la educación de la primera infancia. En el caso de África subsahariana, las tasas de matriculación deben aumentar cuatro veces más rápido, especialmente si se considera el posible impacto a largo plazo de la pandemia de COVID-19.
A pesar de los desafíos, es importante destacar que un niño que asiste a la escuela en la actualidad tiene más probabilidades de completar su educación que aquellos que ingresaron en 2015, cuando se estableció el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. Sin embargo, es evidente que el progreso no ha sido suficiente para alcanzar las metas establecidas.
Conclusiones
La falta de avances significativos en la educación preescolar a nivel mundial es motivo de preocupación. Se estima que 58 millones de niños han sido privados de la oportunidad de asistir a la escuela primaria debido a este estancamiento. Es fundamental que los países redoblen sus esfuerzos para garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad desde una edad temprana.
La meta de matricular a un niño cada dos segundos hasta 2030 es un desafío importante, pero es necesario para lograr un futuro en el que todos los niños tengan igualdad de oportunidades. No podemos permitirnos perder más tiempo en la lucha por la educación universal.
El progreso en la educación primaria y superior es insuficiente para alcanzar los objetivos nacionales
Según un informe reciente, se necesita un progreso significativo en las tasas de finalización de la educación primaria para que los países alcancen sus objetivos nacionales. De acuerdo con las proyecciones, estas tasas deben casi triplicarse para el año 2030. Sin embargo, si el progreso continúa al ritmo actual, incluso este modesto objetivo no se alcanzará hasta 2040.
Además, aunque las tasas de asistencia a la educación superior han aumentado desde 2015, hay una preocupante disminución del 10% en el número de adultos que participan en actividades de aprendizaje en los países de altos ingresos. Esta caída se ha acentuado aún más desde 2019 debido a la pandemia de COVID-19.
La importancia de una educación y aprendizaje de calidad
Un aspecto fundamental para garantizar una educación de calidad es contar con docentes capacitados en las aulas. Sin embargo, el progreso en este sentido ha sido desigual. Según el informe, África subsahariana ha logrado la mayor mejora desde 2015, pero todavía tiene el porcentaje más bajo de docentes capacitados en todos los niveles de educación. Si los países estuvieran en camino hacia sus objetivos, habría más de 1,7 millones de docentes capacitados enseñando en las escuelas primarias en la actualidad.
Es fundamental que se tomen medidas urgentes para abordar esta situación y garantizar que los niños reciban una educación de calidad desde una edad temprana. Uno de los aspectos más críticos es asegurarse de que los niños adquieran habilidades de lectura con comprensión al finalizar la educación primaria. Sin embargo, muchos países aún no han implementado medidas concretas para evaluar el nivel de aprendizaje de los niños.
La educación es un derecho fundamental y es responsabilidad de los gobiernos y la sociedad en su conjunto garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad. Si no se toman medidas urgentes, los países no podrán alcanzar sus objetivos educativos y se corre el riesgo de perpetuar la desigualdad y la falta de oportunidades para las generaciones futuras.
Fuente: Education Progress
31 países de ingresos bajos y medianos bajos enfrentan desafíos en educación
En un informe reciente, se reveló que 31 países de ingresos bajos y medianos bajos están luchando por brindar una educación de calidad a sus ciudadanos. Entre estos países, Vietnam se destaca como el único que ha logrado que la mayoría de sus niños alcancen un nivel mínimo de competencia en lectura y matemáticas al final de la escuela primaria. Sin embargo, los niveles de aprendizaje han disminuido en los países más ricos, en parte debido a la pandemia de COVID-19.
El impacto de la pandemia en el aprendizaje
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el aprendizaje de los niños, aunque aún no se ha comprendido completamente su magnitud. Sin embargo, algunos países ya están demostrando que los niños han perdido al menos un año de aprendizaje debido a la crisis.
Desafíos en la alfabetización
A pesar de los esfuerzos realizados, las tasas de alfabetización de jóvenes y adultos solo han mejorado ligeramente desde 2015. En el África subsahariana, uno de cada cuatro jóvenes aún no puede leer una oración simple. Además, el número de adultos analfabetos en la región ha aumentado en 9 millones desde 2015.
Desigualdades en la educación
El acceso a la educación sigue estando fuertemente determinado por el lugar de residencia, los ingresos, el género y el estatus migratorio. A nivel mundial, se ha logrado la paridad de género en la educación primaria y secundaria, pero en el África subsahariana las niñas están rezagadas en todos los niveles educativos. En la educación secundaria superior, los niños también están quedando rezagados desde 2017.
Desafíos financieros en la educación
La falta de recursos financieros es un obstáculo importante para alcanzar las metas educativas. Actualmente, aproximadamente un tercio de los países no están cumpliendo con los puntos de referencia financieros establecidos para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. Además, la proporción de países de bajos ingresos en alto riesgo de sobreendeudamiento ha aumentado y la ayuda a la educación ha disminuido en el último año.
La brecha de financiamiento
Para que los países de ingresos bajos y medianos bajos alcancen sus metas educativas para 2030, se necesitan alrededor de 100 mil millones de dólares adicionales al año. Esto equivale a solo 80 dólares por niño, una cantidad relativamente pequeña en comparación con otros gastos. Sin embargo, es crucial asegurar estos fondos para brindar una educación de calidad a todos los niños.
La importancia de la educación
La educación no solo es fundamental para el desarrollo individual, sino también para el progreso en áreas como la salud, la prosperidad y la paz. Además, desempeña un papel crucial en la lucha contra la crisis climática. A pesar de esto, solo el 40% de los países tienen políticas específicas centradas en la educación sobre el cambio climático.
Un llamado a la acción
Es evidente que se deben tomar medidas urgentes para mejorar la educación a nivel mundial. Queda mucho trabajo por hacer para alcanzar las metas establecidas para 2030, y es necesario invertir en recursos y políticas adecuadas para garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad.
Medio camino hacia 2030: ¿Qué tan lejos estamos de lograr el ODS 4?
Monitoreo y evaluación: clave para medir el progreso
En el camino hacia la Agenda 2030, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) más importantes es el ODS 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos. A medida que nos acercamos a la mitad del período de implementación, es crucial evaluar qué tan lejos hemos llegado en la consecución de este objetivo.
El monitoreo y la evaluación desempeñan un papel fundamental en este proceso. Estas herramientas nos permiten medir el progreso, identificar desafíos y tomar medidas correctivas para garantizar que estemos en el camino correcto hacia el logro del ODS 4.
¿Dónde nos encontramos actualmente?
Según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2023, publicado recientemente, hemos logrado avances significativos en la educación en los últimos años. La tasa de matriculación en la educación primaria y secundaria ha aumentado, y se ha reducido la brecha de género en la educación.
Sin embargo, aún enfrentamos desafíos importantes. Aproximadamente 258 millones de niños y jóvenes en edad escolar no están matriculados en la escuela, y muchos de los que asisten no están adquiriendo las habilidades necesarias para tener éxito en la vida.
La importancia de la inversión en educación
Para lograr el ODS 4, es crucial aumentar la inversión en educación. Según el informe, se estima que se necesitarán al menos 39 mil millones de dólares adicionales al año para cerrar la brecha de financiamiento en la educación primaria y secundaria en los países de ingresos bajos y medianos.
Además de la financiación, también es necesario mejorar la calidad de la educación. Esto implica garantizar que los docentes estén debidamente capacitados y motivados, que los currículos sean relevantes y adaptados a las necesidades locales, y que se brinde apoyo adicional a los estudiantes más vulnerables.
El papel de la tecnología en la educación
La tecnología también puede desempeñar un papel importante en la consecución del ODS 4. La pandemia de COVID-19 ha demostrado la importancia de la educación a distancia y el aprendizaje en línea. Sin embargo, es fundamental garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a la tecnología y a una conexión a internet confiable.
Además, la tecnología puede mejorar la calidad de la educación al proporcionar herramientas interactivas y recursos educativos en línea. Esto puede ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades digitales y prepararse para el mundo laboral en constante evolución.
El camino hacia 2030
A medida que nos acercamos a la mitad del período de implementación de la Agenda 2030, es importante evaluar nuestro progreso en la consecución del ODS 4. Si bien se han logrado avances significativos, aún enfrentamos desafíos importantes en términos de acceso a la educación y calidad educativa.
Para lograr el ODS 4, es necesario aumentar la inversión en educación, mejorar la calidad de la enseñanza y aprovechar el potencial de la tecnología. Solo a través de un compromiso continuo y acciones concretas podremos garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos.