A través de sequías y desplazamientos, Rebecca Adams construye una vida mejor | Cuentos

La noche antes de conocernos, una manada de elefantes pasó por el pequeño pueblo de Rebecca Adams en el corazón del árido valle del río Huab, en el noroeste de Namibia. “Empujaron una valla para asaltar un pequeño jardín. Pensé, elefantes otra vez. Y decidí quedarme en la cama y dejar que otros los ahuyentaran”, dijo.

Estoy con Rebecca rastreando a estos mismos elefantes, después de haber seguido sus huellas a través del pueblo de De Riet a lo largo del lecho del río Huab. Es un vasto paisaje semidesértico que va desde llanuras pedregosas hasta extraordinarias formaciones rocosas y dunas. Los elefantes se habían detenido a beber en el embalse a las afueras del pueblo. El ángulo bajo del sol había resaltado las distintivas crestas de las huellas del rebaño en el polvo polvoriento, entremezcladas con huellas humanas y huellas de cabras.

Rebecca pertenece a una comunidad conocida como los Riemvasmaakers. Una vez que los residentes sudafricanos vivían en Riemvasmaak en Northern Cape, Sudáfrica, el gobierno sudafricano los obligó a ingresar a Namibia a principios de la década de 1970 bajo el régimen racista del gobierno del apartheid.

Tradicionalmente ganaderos, los Riemvasmaakers han logrado mantener vivas cabras, ovejas, burros y pollos en condiciones áridas y peligrosas. Más allá de las frecuentes sequías, sus animales podrían ser presa de leones y hienas. “No estábamos acostumbrados a estos animales salvajes en absoluto, y tuvimos que mudarnos del primer lugar donde nos instalamos porque había demasiados leones”, dice Rebecca.

Pero en una demostración de determinación e ingenio, la comunidad aprendió a sobrevivir. Hoy, Rebecca tiene un pequeño rebaño de 20 cabras, incluidos dos cabritos nuevos. “Tenía 200 antes de la sequía reciente”, dice, optimista de que la manada se recuperará siempre que llueva. Con sus pequeños cascabeles tintineando, las cabras comen las vainas que caen de los árboles gigantes de Ana que crecen a lo largo de los cursos de agua secos, aprovechando los manantiales secretos y la humedad en las profundidades de la tierra. El sol está ardiendo, pero Rebecca se hizo amiga de él hace mucho tiempo.

Después de las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica en 1994, la tierra de los Riemvasmaakers fue devuelta a la comunidad y se les dio la opción de regresar a Sudáfrica. A pesar del duro clima y de vivir cerca de los elefantes y los leones, Rebecca decidió quedarse en Namibia. Al igual que otros Riemvasmaakers, el polvo se le había metido debajo de la piel. Aprendió a amar a los elefantes, aunque sigue siendo difícil vivir con ellos, y dice que está contenta aquí con sus cabras.

Share:

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Social Media

Most Popular

Get The Latest Updates

Subscribe To Our Weekly Newsletter

No spam, notifications only about new products, updates.

Categories

On Key

Related Posts

España sufre una derrota inquietante

28/03/2023 Acto. a las 23:29 CEST España naufragó en Escocia. El segundo partido de la nueva selección de De la Fuente acabó con una decepcionante derrota.