Eso es amor, en realidad.
Bill Nighy llamó la atención en la alfombra roja de los Oscar el domingo por la noche no por su atuendo (aunque se veía elegante) sino por su compañero: un pequeño y curiosamente manchado conejo de juguete.
El lunes, Nighy reveló que estaba cuidando a su nieta y que se tomó el papel muy en serio.
“El horario de mi nieta se intensificó y me encargaron las responsabilidades de cuidar conejos”, le dijo al Metro. “No estaba preparado para dejarla desatendida en una habitación de hotel. Las apuestas son demasiado altas. Donde yo voy, ella va”.
Nighy fue nominado a Mejor Actor por su papel en “Living”. El Oscar fue para Brendan Fraser por “La ballena”, pero si hubiera un premio de la Academia por la fecha más pequeña, está claro quién lo habría ganado.