“Pero, ¿cómo haces una lluvia de ideas de forma remota? ¿O riffs de forma remota? ¿O colaboras creativamente de forma remota? ¿No es mejor cuando estás en una habitación, intercambiando ideas?”
Pero a las ideas no les importa una mierda ninguna de esas cosas.
Ideas como la ducha. Ideas como nuestras almohadas. Ideas como viajes diarios. Ideas como paseos. Ideas como la mañana o la noche. Ideas como ensoñaciones. Ideas como que hagas otra cosa para que te sorprendan.
Las ideas no están contenidas. No están ubicados. No residen. Son nómadas.
No son algo que tú controlas: brotan, surgen. No puedes tenerlos cuando quieres. Ellos vienen a ti.
Ciertos escenarios o condiciones pueden despertar un pensamiento, pero no es necesario estar en una habitación con otras personas para que surjan grandes pensamientos. Y absolutamente no necesitas estar acurrucado respirando el mismo aire para trabajar en una idea. Para jugar con una idea. Para lanzar uno de un lado a otro con un compañero, o dos, o cinco.
Solo necesitas las mentes correctas, donde sea que estén, alimentándose de ideas, envueltas en los mismos conceptos. Es un proceso fluido, no fijo. Necesitas comunicación, no presencia.
Puede haber momentos en que estar físicamente juntos ayude a que algo se materialice. Esto puede ser especialmente cierto cuando estás haciendo algo físico (como un modelo de arcilla) en lugar de virtual (como un software).
Pero en la mayoría de los casos, estando allí es simplemente una herramienta en la caja de herramientas, no es la caja de herramientas.
-Jason