Colorismo disfrazado de “libertad”, ¿para quién es su libertad?
La distorsión del concepto de libertad durante la Guerra Fría
En los discursos del presidente, se mencionan constantemente la “libertad” y el “liberalismo”. Sin embargo, parece que la libertad se utiliza como una herramienta de colorismo, en lugar de garantizar más libertad para todos. Esto genera la sensación de que se está abusando del concepto de libertad.
Recientemente, el profesor Samuel Moyn de la Universidad de Yale escribió una columna en el New York Times, donde argumenta que el concepto de libertad fue extremadamente distorsionado durante la Guerra Fría y que esta distorsión aún no se ha corregido. Según Moyn, si queremos reformar y revivir el liberalismo, es necesario cambiar rápidamente su rumbo.
La necesidad de reformar el liberalismo
Moyn sostiene que durante la Guerra Fría, la libertad se convirtió en un arma ideológica utilizada por las potencias occidentales para combatir el comunismo y el socialismo. Sin embargo, esta versión de la libertad se centraba en la libertad negativa, es decir, la ausencia de interferencia estatal en la vida de los individuos. Esto llevó a una visión limitada de la libertad, que no tenía en cuenta las desigualdades y las injusticias sociales.
En contraste, Moyn aboga por una concepción más amplia de la libertad, que incluya la libertad positiva. Esta última se refiere a la capacidad de los individuos para desarrollarse plenamente y participar activamente en la sociedad. Según Moyn, el liberalismo debe abordar no solo la libertad negativa, sino también la libertad positiva, para garantizar una sociedad más justa y equitativa.
El desafío de revivir el liberalismo
Revivir el liberalismo no será una tarea fácil. Moyn reconoce que el liberalismo ha perdido su atractivo para muchas personas, especialmente para aquellos que han sido excluidos y marginados por el sistema. Además, la creciente polarización política y la aparición de una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China dificultan aún más el camino hacia una reforma liberal.
Sin embargo, Moyn sostiene que es necesario repensar y reconstruir el liberalismo para abordar los desafíos actuales. Esto implica superar la visión limitada de la libertad y adoptar una perspectiva más inclusiva y justa. Solo así el liberalismo podrá recuperar su relevancia y contribuir a la construcción de sociedades más libres y equitativas.
En conclusión, el concepto de libertad ha sido distorsionado durante la Guerra Fría y aún no se ha corregido. Para revivir el liberalismo, es necesario cambiar su rumbo y adoptar una visión más amplia de la libertad. Esto implicará abordar tanto la libertad negativa como la libertad positiva, y superar los desafíos políticos y sociales actuales. Solo así podremos garantizar una sociedad más justa y equitativa para todos.