Desafiando la ley del velo en Irán: el creciente movimiento de mujeres
Un acto de audaz rebeldía
En las calles de Teherán, un cambio está ocurriendo. Mujeres valientes están desafiando abiertamente las leyes de la República Islámica al salir sin usar el velo. Estos actos de audaz rebeldía, que habrían sido impensables hace un año, son una respuesta a la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que falleció bajo custodia policial por no llevar correctamente su hiyab.
Un movimiento en crecimiento
Aunque las protestas masivas que surgieron tras la muerte de Mahsa Amini fueron reprimidas brutalmente, la ira que las alimentó no se ha extinguido. Según un diplomático occidental en Teherán, aproximadamente el 20% de las mujeres en todo el país ahora desafían abiertamente las leyes del régimen al no usar el velo en público. Este cambio ha sido especialmente notable en los barrios más lujosos del norte de Teherán, donde la proporción de mujeres que se niegan a usar el hiyab es aún mayor.
Un desafío generacional
Este movimiento de desafío no se limita a la capital, sino que se extiende a todas las regiones de Irán. Según el diplomático occidental, se trata de una cuestión generacional más que geográfica. Jóvenes de todas partes del país, especialmente aquellos con acceso a smartphones, están participando en esta rebelión silenciosa. El diplomático describe las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini como un “punto de inflexión” irreversible para el régimen, que ha intentado controlar la vestimenta y el comportamiento de las mujeres durante más de cuatro décadas.
El aniversario de Mahsa Amini
Con motivo del aniversario de la muerte de Mahsa Amini, las autoridades han llevado a cabo una nueva ola de detenciones para evitar posibles disturbios. Entre los detenidos se encuentran activistas por los derechos de las mujeres, periodistas, cantantes y familiares de personas involucradas en el movimiento. A pesar de la represión, el movimiento de mujeres que desafían la ley del velo en Irán continúa creciendo, y el régimen se enfrenta a un desafío sin precedentes en su intento de controlar la vestimenta y el comportamiento de las mujeres iraníes.La lucha por la libertad y los derechos de las mujeres en Irán continúa a pesar de la represión del régimen. A pesar de los esfuerzos del gobierno por borrar los eslóganes de protesta, la gente sigue estropeando las vallas publicitarias y escribiendo mensajes de apoyo en las paredes de la ciudad, especialmente en el metro. Las mujeres no están solas en esta lucha, ya que muchos hombres también están dispuestos a apoyarlas, desafiando las normas de vestimenta y mostrando solidaridad.
Sin embargo, la policía de la moral ha vuelto a hacerse visible en las últimas semanas, aunque parecen evitar enfrentamientos directos para evitar una reactivación de las protestas masivas. En lugar de eso, las autoridades han impuesto el control de otras formas, cerrando negocios que atienden a mujeres sin velo y confiscando carros conducidos por mujeres sin hiyab. Las mujeres que no usan velo ahora se enfrentan a multas o incluso a penas de prisión.
Una mujer llamada Bahareh ha experimentado personalmente las consecuencias de quitarse el velo en público. Ha recibido mensajes de advertencia y ha sido grabada por cámaras de seguridad conduciendo sin velo. Incluso se le ha prohibido entrar al metro y a centros comerciales, y no pudo asistir a las celebraciones escolares de su hijo. A pesar de todo esto, Bahareh no se arrepiente de su decisión y considera que no llevar velo es su forma de desobediencia civil contra las leyes dictatoriales.
La cineasta Mojgan Ilanlou, quien fue encarcelada por quitarse el velo y criticar al líder supremo de Irán, afirma que las mujeres iraníes han superado el miedo. Aunque admite que la represión reciente ha sido espeluznante, ella ve esta lucha como una maratón y no un sprint. Compara este momento con el acto de desafío de Rosa Parks en Estados Unidos, que dio inicio al movimiento por los derechos civiles. Según Ilanlou, negarse a ceder el asiento no se trataba solo de una persona sentada en una silla, sino de desafiar un sistema opresivo.
A pesar de la represión y los obstáculos, las mujeres en Irán continúan luchando por su libertad y derechos. Su valentía y determinación son un recordatorio de que la lucha por la igualdad nunca se detiene.
La revolución social en Irán desafía las normas conservadoras
Un cambio de actitud hacia las mujeres
En medio de una revolución social en Irán, la actitud de los hombres hacia las mujeres está experimentando un cambio significativo, incluso en las zonas más conservadoras del país. Según los informes, los hombres ahora admiran a las mujeres y elogian su valentía. Sorprendentemente, incluso en ciudades religiosas como Qom, Mashhad e Isfahan, las mujeres ya no llevan velo.
Este cambio de actitud se considera una rebelión que trasciende las clases sociales, según afirman tanto una periodista local como un diplomático residente en Teherán. Se han observado vendedoras ambulantes quitándose el velo en el metro, lo que demuestra la valentía y determinación de estas mujeres. Incluso en la cárcel de Qarchak, la periodista compartió una habitación con una joven madre de 11 años que también se negó a llevar el pañuelo en la cabeza.
Sin embargo, este cambio no se limita solo al uso del hiyab. Las mujeres también están exigiendo igualdad de derechos en los contratos matrimoniales y en otros aspectos de la sociedad. Para muchas mujeres, como Elahe Tavokolian, ex directora de una fábrica, este proceso ha implicado grandes sacrificios. Tavokolian extraña mucho a sus hijos gemelos de 10 años, a quienes llama desde los suburbios de Milán, donde ahora vive temporalmente.
La lucha por la libertad y la represión del gobierno
La lucha por la libertad y la igualdad de derechos en Irán no ha sido fácil. Elahe Tavokolian fue víctima de la represión del gobierno cuando las fuerzas de seguridad iraníes le dispararon en Esfarayen, dejándola gravemente herida. Después de escapar a Turquía, finalmente logró obtener un visado médico para viajar a Italia, donde se sometió a una operación para extirparle el ojo derecho y la bala que la había herido.
A pesar de su valentía y determinación, Tavokolian aún necesita otra operación para cerrar el párpado sobre su nuevo ojo de cristal. Además, no sabe cuándo será seguro para ella regresar a su ciudad natal y reunirse con sus hijos. A pesar de estas dificultades, ella y otras mujeres iraníes mantienen la esperanza de un futuro mejor en su país.
El gobierno se mantiene firme en su postura conservadora
A pesar de la revolución social en curso, el gobierno iraní no muestra signos de retroceder en su postura conservadora. Un proyecto de ley conocido como el Programa sobre el Hijab y la Castidad está siendo discutido en el Parlamento y busca imponer castigos más severos a las mujeres que no lleven velo. Estas sanciones incluyen multas de hasta 1.000 millones de riales (aproximadamente 23.667 dólares) y penas de prisión de hasta 10 años.
Expertos en derechos humanos designados por la ONU han calificado este proyecto de ley como una forma de “apartheid de género”. Según Jasmin Ramsey, subdirectora de una ONG con sede en Nueva York, el gobierno iraní se ha atrincherado en su postura conservadora.
A pesar de la represión y las amenazas del gobierno, la población iraní se niega a rendirse. La lucha por la igualdad de derechos y la libertad continúa, y muchos creen que Irán sigue siendo un país listo para desencadenar un cambio significativo en cualquier momento.