El mundo se enfrenta a eventos climáticos extremos y cercanos al punto de no retorno
La tecnología no puede salvarnos de los efectos del cambio climático
En la sociedad actual, confiamos en que la tecnología siempre vendrá al rescate del progreso. Sin embargo, nos negamos a enfrentar la realidad cada vez más evidente: el cambio climático está avanzando a una velocidad alarmante y apenas nos quedan oportunidades para detenerlo. Los efectos ya se están sintiendo en forma de noches tropicales sofocantes, cosechas fallidas y desastres naturales cada vez más frecuentes y devastadores. Parece que hemos acelerado tanto que la atmósfera se está volviendo irrespirable y las estaciones del año se están reduciendo a solo dos. La metáfora del tren bala adquiere un significado cada vez más sombrío.
El clima del planeta se encuentra en una situación extraordinaria
Septiembre de 2023 será recordado como un mes histórico. La tormenta Daniel, convertida en huracán mediterráneo debido a las aguas anormalmente cálidas, causó inundaciones en el desierto del Sáhara, cobrándose la vida de cerca de 10.000 personas y dejando a muchas más desaparecidas. Este desastre es uno de los peores que se recuerdan en el Mediterráneo. Pero antes de esto, la misma tormenta arrasó Grecia, provocando lluvias equivalentes a dos años en solo dos días y destruyendo una cuarta parte de las tierras cultivables.
Desde la Antártida llegan noticias igualmente alarmantes. Después del invierno austral, se ha confirmado que falta un trozo de hielo marino del tamaño de Argentina debido al aumento de la temperatura del mar. Además, la capa de hielo continental que cubre la Antártida Occidental está colapsando de manera irreversible, lo que resultará en un aumento del nivel del mar de cinco metros en unas pocas décadas o, en el mejor de los casos, en un par de siglos. En el Amazonas, una sequía sin precedentes está llevando a uno de los ecosistemas más importantes del mundo al punto de no retorno, donde su transformación en sabana será irreversible. Existe una alta probabilidad de que en 2023 superemos temporalmente el límite de 1,5°C mucho antes de lo previsto y con consecuencias mucho peores de lo esperado.
Los eventos climáticos extremos también afectan a España
En España, las temperaturas inusualmente altas, incluso en octubre, no han pasado desapercibidas. En Canarias, las clases tuvieron que ser canceladas debido al calor. Además, el ciclón Bernard se intensificó sorprendentemente frente a la costa de Portugal, causando la pérdida de vidas humanas y daños económicos millonarios en la provincia de Huelva.
Estos eventos nos advierten sobre la cercanía de los puntos de no retorno climáticos, los cuales están siendo superados de manera acelerada y antes de lo previsto. La teoría se está convirtiendo en realidad y debemos tomar medidas urgentes para frenar el cambio climático antes de que sea demasiado tarde.
El cambio climático y sus causas: más allá del calentamiento global
Un debate científico en aumento
En los últimos meses, se ha registrado un aumento significativo en las anomalías climáticas, lo que ha llevado a un acalorado debate científico sobre las causas detrás de estos cambios. El calentamiento global debido a los gases de efecto invernadero es, sin duda, el principal responsable, pero ¿qué otros factores están contribuyendo a este acelerado cambio de ritmo en los océanos, el aumento de las temperaturas y la frecuencia de los fenómenos extremos?
El desequilibrio en el balance radiativo
La clave de este desequilibrio se encuentra en el balance radiativo de la Tierra. Si la radiación entrante es mayor que la que sale, se almacena calor. En el pasado, incluso pequeñas variaciones en este balance han provocado el deshielo de grandes masas de hielo y cambios drásticos en el clima del planeta.
Relaciones complejas en el clima de la Tierra
Sin embargo, el clima de la Tierra es un sistema complejo en el que todo está interconectado. Si bien el fenómeno de El Niño, una oscilación natural y cíclica de las aguas del Pacífico, está contribuyendo al aumento de la temperatura, no puede ser considerado el único responsable de los récords y anomalías de este año. Además, su efecto apenas está comenzando a sentirse en esta etapa del año. Parece que los adultos somos los verdaderos responsables.
El papel de los aerosoles en el calentamiento global
Un grupo de científicos ha señalado otro factor importante: la disminución de aerosoles en la atmósfera, especialmente debido a nuevas regulaciones marítimas que limitan la contaminación emitida por los barcos desde 2020. Según este estudio, sin el efecto de los aerosoles, el calentamiento sería entre un 30% y un 50% mayor. Sin embargo, la incertidumbre sobre el impacto de esta disminución es alta debido a los complejos bucles de retroalimentación que genera.
La ralentización de las corrientes oceánicas
Aunque no se puede atribuir el cambio climático a un solo factor, la ralentización de las corrientes atmosféricas y oceánicas parece ser uno de los más decisivos. El calentamiento global está frenando los vientos en las latitudes más altas, lo que impide la mezcla de las aguas oceánicas y reduce la evaporación. Además, la acumulación de agua dulce proveniente del deshielo ártico en la superficie del mar está afectando el flujo de la AMOC (la gran cinta transportadora del océano Atlántico), que es esencial para el clima global. Esta ralentización es la más lenta en al menos los últimos 1000 años.
El impacto de la ralentización de las corrientes oceánicas
La ralentización de la AMOC tiene consecuencias significativas. Aumenta la concentración de calor en la superficie oceánica, lo que acelera el deshielo en los polos y, a su vez, intensifica el ciclo de ralentización. Esto crea una espiral de desestabilización climática.
El calor acumulado en los océanos también proporciona una gran cantidad de energía potencial para fortalecer las tormentas que se forman o pasan por las zonas afectadas. Algunos científicos incluso hablan de “supertormentas”. ¿Podemos imaginar la frecuencia creciente de huracanes como Otis en las zonas costeras?
La detención de la AMOC también desviará el flujo de calor oceánico hacia el sur, enfriando las latitudes más septentrionales y desestabilizando aún más el clima global.
En resumen, el cambio climático es un fenómeno complejo que involucra múltiples factores. Si bien el calentamiento global es el principal responsable, la ralentización de las corrientes oceánicas y la disminución de aerosoles en la atmósfera también desempeñan un papel importante en este acelerado cambio de ritmo. Es crucial comprender y abordar estos factores para mitigar los efectos del cambio climático en nuestro planeta.
El cambio climático amenaza la estabilidad de los ecosistemas del hemisferio sur
La Zona de Convergencia Intertropical se desvía hacia el sur
La Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ), donde se encuentran las circulaciones atmosféricas del hemisferio norte y sur, está experimentando un desplazamiento hacia el sur. Este fenómeno está provocando una disminución de las lluvias en regiones como la Amazonía, la selva africana y el sudeste asiático. Esta situación pone en peligro los grandes bosques de estas áreas, ya que la falta de precipitación podría llevar a su muerte y descomposición, liberando grandes cantidades de carbono almacenado. Además, estos bosques dejarían de capturar la misma cantidad de carbono que lo hacen actualmente, lo cual es crucial para contrarrestar el impacto humano en el clima.
Expertos advierten sobre el riesgo para la vida en el planeta
Cada vez más científicos están firmando manifiestos en los que alertan sobre el riesgo que enfrenta la vida en la Tierra. Incluso el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha declarado que la era del colapso climático ha comenzado. Ante la magnitud del problema, resulta sorprendente que haya tomado tanto tiempo reconocerlo.
El fenómeno de El Niño se vuelve más explosivo
Asimetría en la acumulación de energía
Nuestro planeta no es simétrico en términos de tierra emergida y superficie marina. Esto provoca que haya una mayor acumulación de energía en el hemisferio sur, ya que el agua absorbe de manera más eficiente la radiación solar. Debido a la rotación de la Tierra, las circulaciones oceánicas y atmosféricas de cada hemisferio son prácticamente independientes y no intercambian energía con facilidad.
El cambio en el ciclo de El Niño-La Niña
El ciclo de El Niño-La Niña, que afecta al clima global, también está experimentando cambios significativos. Los eventos de La Niña se están volviendo más frecuentes y duraderos, mientras que los episodios de El Niño se vuelven más explosivos. Esta asimetría peligrosa tendrá impactos más intensos en ambos extremos. Además, los “superniños” ocurren con mayor frecuencia que antes. El último, en 2015-2016, ya causó una gran anomalía en la Antártida, uno de los sistemas más estables de la Tierra.
El deshielo de la Antártida y sus consecuencias
La Antártida, rodeada por la corriente oceánica más fuerte del planeta, está experimentando un aumento de la temperatura del agua superficial, lo que acelera el deshielo. Esto a su vez reduce el albedo, es decir, la capacidad de reflejar la energía solar, creando un ciclo de retroalimentación que aumenta tanto la temperatura del océano como el deshielo. Este proceso se intensificó después del evento de El Niño de 2015-2016 y no ha logrado recuperarse desde entonces.
El equilibrio climático en peligro
La inestabilidad y los cambios pronunciados en los sistemas climáticos son señales de que nos acercamos a un punto de ruptura, a partir del cual muchos sistemas clave para el equilibrio entrarán en una cascada de efectos negativos. El clima estable que hemos conocido se debe a la estabilidad de los factores que lo regulan. Sin embargo, si la Tierra absorbe más energía, especialmente en los océanos, las oscilaciones naturales adquieren más energía y pueden desestabilizar aún más el clima.
En resumen, el cambio climático está amenazando la estabilidad de los ecosistemas del hemisferio sur. El desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical y los cambios en el ciclo de El Niño-La Niña están generando impactos significativos en regiones como la Amazonía y la Antártida. Es urgente tomar medidas para frenar el calentamiento global y proteger los sistemas naturales que son vitales para la vida en nuestro planeta.
El cambio climático y sus efectos a corto, medio y largo plazo
Aumento de fenómenos extremos a corto plazo
El cambio climático está generando una mega inestabilidad que se espera que empeore en los próximos años. Factores como el aumento de las emisiones y el desbalance radiativo están contribuyendo a esta situación. Se prevé que en 2024 la situación sea aún peor, ya que los mismos factores seguirán actuando. Sin embargo, se espera que en 2025, cuando la fase de El Niño cambie a La Niña, se pueda experimentar un pequeño respiro antes del siguiente impacto.
Efectos a corto, medio y largo plazo
Es importante diferenciar los efectos del cambio climático a corto, medio y largo plazo. A corto plazo, se espera un aumento de los fenómenos extremos debido a las fluctuaciones naturales como El Niño-La Niña, la Oscilación Decadal del Pacífico y la Oscilación del Atlántico Norte. A medio plazo, se prevé un colapso probable de la AMOC (Corriente del Golfo) y posiblemente de la MOC (Corriente Termohalina del Atlántico) debido al deshielo polar. A largo plazo, si no se toman medidas para frenar el cambio climático, nos enfrentaremos a un escenario de Tierra Invernadero, tal como advirtieron los científicos hace unos años. El punto de no retorno de estos cambios de fase podría ocurrir en esta misma década, aunque los efectos podrían tardar varias décadas en manifestarse.
El sistema económico y el cambio climático
Un sistema insostenible
El cambio climático no es una muestra de que el clima se haya vuelto loco, sino de que nosotros, como sociedad, hemos sostenido un sistema insostenible. Este sistema, basado en el crecimiento perpetuo en un planeta finito, ha sido defendido por economistas neoliberales y ha llevado a una religión suicida del crecimiento. Incluso el papa Francisco ha señalado la irracionalidad de este enfoque. Es hora de reconocer que estamos agotando nuestros recursos y que necesitamos cambiar nuestra forma de pensar y actuar.
El Antropoceno y el futuro del planeta
Estamos abandonando el Holoceno, la era de las cuatro estaciones estables y la agricultura. Nos estamos adentrando en el Antropoceno, una nueva era en la que el clima y el planeta ya no serán los mismos. Tenemos poco margen de maniobra, pero aún podemos elegir cómo enfrentar este nuevo desafío. Podemos intentar frenar suavemente la Gran Aceleración que hemos permitido que se descontrole, o podemos seguir ignorando la gravedad de la situación hasta que sea demasiado tarde. El clima del planeta ya ha cambiado y debemos prepararnos para afrontar un futuro lleno de incertidumbres, pero también de oportunidades para actuar de manera colectiva y responsable.
Conclusiones
El cambio climático está generando una inestabilidad sin precedentes en nuestro planeta. Los efectos a corto, medio y largo plazo son cada vez más evidentes y requieren de acciones urgentes. Es necesario reconocer la insostenibilidad de nuestro sistema económico y adoptar medidas para frenar el cambio climático. Estamos entrando en una nueva era, el Antropoceno, en la que todo lo que conocemos y amamos estará en riesgo. Es hora de tomar conciencia y actuar de manera colectiva para enfrentar este desafío global.