Los misterios del sueño REM y los sueños
La noche pasada, es probable que hayas dormido entre siete u ocho horas. Durante ese tiempo, aproximadamente una o dos horas se dedicaron al sueño profundo, especialmente si eres joven o tienes una vida físicamente activa. Esto se debe a que el sueño cambia a medida que envejecemos y el ejercicio afecta la actividad cerebral. El resto del tiempo, alrededor de tres o cuatro horas, estuviste en un sueño ligero.
En el tiempo restante, es probable que hayas experimentado el sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Aunque no es el único momento en el que soñamos (también soñamos durante otras etapas del sueño), es cuando es más probable que recordemos y reportemos nuestra actividad cerebral al despertar.
Esto se debe a que los pensamientos y sentimientos extraños que experimentamos al despertar suelen estar relacionados con el sueño REM. Cuando los sueños o la alarma nos despiertan, es probable que estemos saliendo del sueño y que los recuerdos del sueño persistan durante los primeros minutos de estar despiertos.
Si los sueños son extraños o interesantes, es posible que los compartamos con alguien más, lo que puede aumentar nuestra experiencia y ayudarnos a codificar el recuerdo del sueño.
Los sueños y las pesadillas son misteriosos y aún estamos aprendiendo sobre ellos. Mantienen nuestros cerebros en funcionamiento y nos permiten procesar los eventos del día a nivel molecular. Incluso podrían ayudarnos a imaginar lo que es posible durante nuestras horas de vigilia.
¿Qué saben los científicos sobre el sueño REM y los sueños?
Estudiar los sueños es realmente difícil porque las personas están dormidas y no podemos observar lo que sucede. Sin embargo, las imágenes cerebrales han revelado ciertos patrones de actividad cerebral asociados con los sueños y con las etapas del sueño en las que es más probable que ocurran sueños. Aunque estos estudios se basan en informes subjetivos de la experiencia onírica, nos brindan información valiosa.
En un nivel fisiológico básico, todos los mamíferos sueñan, incluso el ornitorrinco y el equidna. Su actividad cerebral y sus etapas de sueño se asemejan en cierta medida a las de los seres humanos. Sin embargo, las especies menos evolucionadas no experimentan los mismos elementos fisiológicos y conductuales que caracterizan al sueño REM.
En los seres humanos, se cree que el sueño REM ocurre cíclicamente cada 90 a 120 minutos durante la noche. Esto nos impide dormir demasiado profundamente y nos mantiene alerta ante posibles peligros. Algunos científicos creen que soñamos para evitar que nuestro cerebro y cuerpo se enfríen demasiado, ya que nuestra temperatura corporal central suele ser más alta durante el sueño. Además, el sueño REM nos permite despertar más fácilmente si necesitamos responder a señales o peligros externos.
La actividad cerebral durante el sueño REM y su importancia para el funcionamiento del cerebro
El sueño REM, también conocido como sueño de movimientos oculares rápidos, desempeña un papel crucial en el funcionamiento del cerebro. Durante esta etapa del sueño, nuestro cerebro se activa brevemente, como un periscopio que se asoma a un estado más consciente para observar lo que sucede en la superficie antes de volver a sumergirse si todo está bien.
Investigaciones recientes sugieren que los “sueños febriles” son menos comunes de lo que se pensaba. Cuando tenemos fiebre, experimentamos menos sueño REM, aunque los sueños que tenemos tienden a ser más oscuros y extraños.
La disminución del sueño REM durante la fiebre puede deberse a que nuestro cerebro tiene dificultades para regular la temperatura corporal en esta etapa del sueño. Como medida de protección, el cerebro salta esta etapa para regular la temperatura. De manera similar, tendemos a tener menos sueños cuando hace calor por la misma razón.
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El sueño REM y su función de limpieza para el cerebro
El sueño REM desempeña un papel importante en el correcto funcionamiento del cerebro, como lo demuestran estudios que utilizan la electroencefalografía para medir la actividad cerebral.
Al igual que el sueño profundo ayuda al cuerpo a recuperar su capacidad física, el sueño REM “limpia” nuestros circuitos neuronales. A nivel molecular, las sustancias químicas que sustentan nuestro pensamiento se deforman debido a la actividad cognitiva del día. Durante el sueño profundo, estas sustancias químicas vuelven a su forma no utilizada. El cerebro es “lavado” con líquido cefalorraquídeo, controlado por el sistema glifático.
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Además, durante el sueño REM, nuestros recuerdos y emociones recientes se “ordenan”. Durante esta etapa, nuestros cerebros consolidan los recuerdos de procedimientos y emociones. Por otro lado, el sueño no REM, en el que normalmente esperamos menos sueños, es importante para la consolidación de los recuerdos episódicos, es decir, los acontecimientos de nuestra vida.
En resumen, el sueño REM desempeña un papel esencial en el funcionamiento y la limpieza del cerebro. Durante esta etapa, nuestro cerebro se activa y se limpia, permitiendo que nuestras sustancias químicas vuelvan a su estado original y consolidando nuestros recuerdos y emociones. Aunque los sueños febriles son menos comunes durante la fiebre, el sueño REM sigue siendo fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro.
El impacto del sueño en nuestros recuerdos y emociones
El sueño nocturno desempeña un papel crucial en la consolidación de nuestros recuerdos y emociones. Durante la noche, producimos más cortisol, conocido como la hormona del estrés. Se cree que la cantidad de cortisol presente puede afectar el tipo de recuerdos que estamos consolidando y los tipos de sueños que tenemos. Esto significa que los sueños que experimentamos más tarde en la noche pueden ser más fragmentados o extraños.
Ambos tipos de sueño, tanto los sueños más extraños como los sueños más coherentes, ayudan a consolidar la actividad cerebral útil del día. Durante el sueño, el cerebro también descarta información menos importante.
Pensamientos y sentimientos reorganizados durante el sueño
El archivo y descarte de las actividades del día ocurre mientras dormimos, lo que explica por qué a menudo soñamos con cosas que suceden durante el día. Durante el sueño, nuestro nivel de conciencia nos permite experimentar la conciencia. Los pensamientos y sentimientos aleatorios terminan mezclados de maneras extrañas y maravillosas. Nuestra conciencia de este proceso puede explicar la naturaleza extraña de algunos de nuestros sueños. Además, nuestras experiencias diurnas pueden alimentar pesadillas o sueños llenos de ansiedad después de un evento traumático.
Algunos sueños parecen tener un simbolismo potente o incluso predecir el futuro. En muchas sociedades, se cree que los sueños son una ventana a una realidad alterna donde podemos imaginar lo que es posible.

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El significado de todo esto
Aunque nuestra comprensión científica de los aspectos básicos del sueño es sólida, los aspectos psicológicos y espirituales de los sueños aún permanecen en gran medida desconocidos. Aunque sabemos que el sueño desempeña un papel importante en la consolidación de nuestros recuerdos y emociones, todavía hay mucho por descubrir sobre el significado y la función exacta de los sueños en nuestras vidas.
Nuestros cerebros: buscando significado en el azar
Desde tiempos ancestrales, los seres humanos han tenido una innata necesidad de encontrar significado en el mundo que les rodea. Ya sea observando el vuelo de los pájaros, leyendo las hojas de té o estudiando los movimientos de los planetas, las sociedades humanas han interpretado el azar en busca de respuestas.
Esta búsqueda de significado también se ha extendido a los sueños. A lo largo de la historia, casi todas las culturas han considerado los sueños como algo más que simples activaciones neuronales aleatorias. Han creído en su capacidad para revelar mensajes ocultos o predecir el futuro.
La ciencia: desmitificando lo mágico
La historia de la ciencia nos ha enseñado que aquello que alguna vez fue considerado mágico o inexplicable puede ser comprendido y utilizado de manera provechosa. A medida que avanzamos en nuestro conocimiento, descubrimos que fenómenos aparentemente sobrenaturales tienen explicaciones científicas.
La magia se convierte en ciencia cuando logramos entender los mecanismos detrás de los fenómenos. Lo que antes parecía un acto de brujería, puede ser explicado por leyes naturales y principios científicos.
El poder de la interpretación
A pesar de los avances científicos, nuestra necesidad de encontrar significado en el azar persiste. Nuestros cerebros están programados para buscar patrones y conexiones, incluso cuando no existen. Esta tendencia a interpretar el mundo que nos rodea puede llevarnos a conclusiones erróneas o supersticiones infundadas.
Es importante recordar que la interpretación de los eventos aleatorios puede ser subjetiva y estar influenciada por nuestras creencias y experiencias personales. Lo que para algunos puede ser un mensaje divino, para otros puede ser simplemente una coincidencia sin significado alguno.
El equilibrio entre la razón y la imaginación
En última instancia, la búsqueda de significado en el azar es un reflejo de nuestra naturaleza humana. Es una manifestación de nuestra curiosidad y nuestra capacidad para imaginar posibilidades más allá de lo evidente.
La ciencia nos brinda herramientas para comprender el mundo de manera objetiva, pero también debemos reconocer el valor de la imaginación y la intuición en nuestra búsqueda de significado. El equilibrio entre la razón y la imaginación nos permite explorar nuevas ideas y descubrir conexiones que de otra manera podrían pasar desapercibidas.
En última instancia, la búsqueda de significado en el azar es un viaje personal. Cada individuo tiene su propia perspectiva y su propia interpretación de los eventos que ocurren a su alrededor. Y aunque la ciencia puede proporcionar explicaciones racionales, nunca debemos subestimar el poder de la imaginación y la capacidad humana para encontrar significado en lo aparentemente aleatorio.