La industria automotriz enfrenta una agitación sin precedentes
La industria automotriz se encuentra en medio de una agitación histórica a medida que la importancia del motor de combustión interna disminuye y la energía de las baterías toma protagonismo. Este cambio está afectando las negociaciones contractuales entre los principales fabricantes de automóviles de Detroit y su sindicato más grande, el United Auto Workers (UAW).
El 15 de septiembre, por primera vez en la historia, los miembros del UAW iniciaron una acción industrial simultánea contra Chrysler, General Motors (GM) y Ford. Esta táctica del sindicato indica un enfrentamiento prolongado, con mucho en juego tanto para el sindicato como para los fabricantes de automóviles.
Un cambio en las negociaciones
En el pasado, el UAW renegociaba su contrato con uno de los tres grandes fabricantes de automóviles, mientras que los otros dos se ajustaban a los acuerdos. Sin embargo, esta vez la huelga afecta a las tres empresas, aunque está más dirigida. Las tres fábricas afectadas hasta ahora emplean solo a 13,000 de los 146,000 miembros del UAW que trabajan en el trío de Detroit. Según el banco Evercore ISI, en la primera semana de huelga podrían perderse hasta 20,000 vehículos.
Presión para avanzar en las negociaciones
El UAW ha amenazado con intensificar las huelgas si no se logran avances antes del 22 de septiembre. Extender las huelgas a las fábricas que fabrican motores podría resultar en la pérdida de 150,000 vehículos sin fabricar por semana, ya que otras plantas que dependen de sistemas de propulsión también se verían obligadas a detener la producción. Atacar la fabricación de camionetas lucrativas aumentaría aún más la presión sobre las empresas. El sindicato cuenta con un fondo de huelga de $825 millones que podría pagar $500 semanales a todos los trabajadores del UAW durante 11 semanas. Además, cuenta con el apoyo del público, ya que dos de cada tres estadounidenses dicen apoyar a los sindicatos, casi un máximo histórico.
Demandas del UAW
El UAW sostiene que las ganancias récord y los salarios en aumento de los fabricantes de automóviles estadounidenses deberían distribuirse de manera más equitativa. El sindicato ha presentado una serie de demandas “audaces y ambiciosas”, que incluyen un aumento salarial acumulado del 36% en los próximos cuatro años, el retorno de provisiones de pensiones más generosas y el fin del plan introducido en 2007 que establece salarios más bajos para los nuevos trabajadores.
Respuesta de los fabricantes de automóviles
Los fabricantes de automóviles han ofrecido un aumento salarial de alrededor del 20% y algunas otras concesiones. Argumentan que cumplir con todas las demandas del sindicato afectaría sus costosos esfuerzos por pasar de ser fabricantes de vehículos a gasolina a fabricantes de vehículos eléctricos impulsados por software. Ford afirma que esto duplicaría sus costos laborales, que ya son más altos que los de Tesla, una empresa no sindicalizada, y otras fábricas extranjeras con mano de obra desorganizada. Además, Ford asegura que su oferta aumentaría el salario y los beneficios anuales promedio de $112,000 a $133,000.
El futuro del UAW
El UAW ve esta negociación como su última oportunidad de seguir siendo relevante antes de que la industria automotriz se incline aún más hacia los vehículos eléctricos, que requieren menos mano de obra. Una de las demandas clave del sindicato es el derecho a la huelga por el cierre de fábricas. Esto sugiere que en el futuro las negociaciones se centrarán menos en el dinero y más en la protección de empleos. En última instancia, el resultado de estas negociaciones tendrá un impacto significativo en el futuro de la industria automotriz en Estados Unidos.