¿Cómo afecta un resfriado a la conducción?
En ocasiones, no somos conscientes de las numerosas distracciones que pueden afectarnos mientras conducimos. Una de ellas es estornudar o sonarnos la nariz mientras estamos al volante. Un estudio realizado en el Reino Unido revela que durante el otoño y el invierno se producen hasta 2500 accidentes cada semana debido a los estornudos y el sonarse la nariz. Por esta razón, es importante conocer los efectos que puede tener un resfriado, una gripe o una alergia al conducir.
Efectos de un resfriado en la conducción
No se trata solo de realizar un gesto como sonarse los mocos o estornudar repentinamente mientras conducimos, lo cual implica cerrar los ojos por un instante. Incluso los tratamientos que tomamos para aliviar los síntomas de un resfriado o una gripe pueden afectar nuestra capacidad de conducir. Estos son los efectos más comunes:
- Falta de concentración: Los estornudos o el sonarse la nariz constantes pueden distraernos y hacer que no prestemos atención a la carretera.
- Falta de visibilidad: El lagrimeo causado por un resfriado puede dificultar nuestra visión, convirtiéndose en un peligro al volante.
- Somnolencia: La fatiga que experimentamos al combatir el virus puede provocar cansancio y sueño, lo cual es contraproducente para la conducción.
- Desorientación: Conducir con fiebre puede debilitar nuestro cuerpo y causar desorientación.
El peligro de conducir bajo los efectos de ciertos medicamentos para resfriados y gripes
Según la Dirección General de Tráfico, el 5% de los accidentes de tráfico están relacionados con el consumo de medicamentos. Tomar medicamentos para aliviar los síntomas de un resfriado o una gripe puede reducir nuestra concentración hasta en un 42%. Por esta razón, es importante tener en cuenta las advertencias que aparecen en los envases de estos medicamentos, identificados por un triángulo rojo con un coche negro y la leyenda “Conducción: ver prospecto”. Además, se recomienda evitar conducir durante los primeros días de tratamiento o cuando se modifique la dosis.
Algunos de los medicamentos que pueden afectar nuestra capacidad de conducir son el ibuprofeno, el paracetamol y el naproxeno, este último puede causar somnolencia como efecto secundario. También se desaconseja el uso de antihistamínicos H-1, antitusígenos con codeína y dihidrocodeína, ya que afectan directamente a nuestra capacidad de conducir.
Las alergias también afectan a la conducción
No solo el resfriado y la gripe representan un riesgo al volante, sino que conducir con alergia aumenta en un 30% la probabilidad de sufrir accidentes. Estornudar repetidamente equivale a conducir 100 metros a ciegas. Además, los síntomas de la alergia, como el lagrimeo excesivo, la sensibilidad a la luz y los picores, también pueden distraernos mientras conducimos.
Además, se estima que la mitad de las personas alérgicas experimentan alteraciones en su sueño, lo que aumenta el riesgo de accidentes debido a la falta de descanso. La somnolencia nocturna afecta a casi dos de cada cinco personas con rinitis alérgica. A pesar de estos peligros, el 80% de los conductores alérgicos continúa utilizando su vehículo particular.
Conducir con un resfriado, una gripe o una alergia aumenta los riesgos de sufrir accidentes. Por lo tanto, es fundamental tomar precauciones y leer las advertencias en los envases de los medicamentos para garantizar nuestra seguridad al volante. Siempre es mejor evitar conducir si no nos encontramos en condiciones óptimas.