Putin advierte a Ucrania y EE UU sobre la influencia rusa
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha dejado claro que el Kremlin impondrá su voluntad a Ucrania y Estados Unidos en el conflicto que los enfrenta. En respuesta a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien mencionó que “se necesitan dos para bailar el tango” en referencia a una posible negociación entre Moscú y Kiev, Putin ha sido contundente. Durante un encuentro con el líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, Putin afirmó que Ucrania debería recordar su baile tradicional, el hopak, para evitar bailar al ritmo de otra persona. Además, advirtió que tarde o temprano todos tendrán que bailar la barynya, una danza folclórica rusa, o al menos como un cosaco.
Ambos líderes se reunieron en Sochi, en la costa del mar Negro, en lo que fue la primera visita oficial de Lukashenko a Rusia desde la muerte de Yevgueni Prigozhin, dueño del Grupo Wagner, en un accidente aéreo del cual aún no se han revelado detalles tres semanas después. Durante la revuelta del 23 y 24 de junio, Lukashenko actuó como intermediario entre el Kremlin y los mercenarios, logrando que Prigozhin depusiera las armas a cambio de trasladar su compañía a Bielorrusia y recibir garantías de seguridad.
La reunión de este viernes tuvo lugar dos días después de que Putin recibiera al dictador norcoreano, Kim Jong-un, en el extremo oriental del país. Lukashenko aprovechó la ocasión para mencionar la posibilidad de cooperación entre los tres países, teniendo en cuenta los problemas que enfrentan. Putin, por su parte, destacó la importancia de mantener buenas relaciones de vecindad con Corea del Norte, mientras la invasión de Ucrania continúa después de más de un año y medio.
Tanto Minsk, Moscú como Pyonyang se encuentran entre los regímenes más sancionados del mundo. Rusia, castigada por su invasión a Ucrania, ha respaldado varias resoluciones en contra de Corea del Norte como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.
El régimen bielorruso depende militar y financieramente del Kremlin desde que fue rescatado de las protestas de su población en 2020. Ante la crisis económica provocada por las sanciones, Putin intentó tranquilizar a Lukashenko sobre el estado de sus presupuestos para el próximo año, asegurando que la situación es estable y confiable, y prometiendo proporcionar un desglose más detallado de las cuentas en el futuro.