El debut cinematográfico de Raven Jackson, “All Dirt Roads Taste of Salt”, cautiva a la audiencia
En un año lleno de impresionantes estrenos, “All Dirt Roads Taste of Salt”, el primer largometraje del escritor y director Raven Jackson, se destaca como el mejor hasta ahora. Esta película, completamente imaginada y realizada, cobra vida con originalidad, inspiración y un sentido de belleza en cada uno de sus elementos. Desde la historia y el diálogo, hasta el casting y las actuaciones, pasando por la atención al detalle en la ropa, el mobiliario y los lugares, así como la composición de las imágenes, la iluminación y el montaje audaz, cada aspecto de la película muestra una verdadera sensibilidad cinematográfica. El resultado es una película que se siente como un mundo cobrando vida, con dos mundos entrelazados: el interior de Jackson y el exterior de la experiencia compartida.
Una saga multigeneracional que trasciende el tiempo
“All Dirt Roads Taste of Salt” narra la vida de Mackenzie, apodada Mack, una mujer negra que crece en la zona rural de Mississippi en los años sesenta y setenta. La película abarca medio siglo de la vida de su protagonista, interpretada por cuatro actrices diferentes en diferentes etapas de su vida. Sin embargo, lo más destacado de la película es su enfoque innovador del tiempo. Si los eventos del guión de Jackson se hubieran filmado de manera convencional, la película habría durado mucho más. Pero Jackson ha logrado crear una película que, a pesar de su duración de noventa y siete minutos, desafía las convenciones del tiempo cinematográfico.
Un mosaico temporal que trasciende la linealidad
Las historias de la vida de Mack se presentan en forma de mosaico temporal, saltando de un lado a otro a lo largo de años y décadas. Esta técnica no se limita a flashbacks, sino que crea una sensación de conexión entre el pasado, el presente y el futuro a través de enseñanzas y legados. Las escenas que reúnen a Mack y su abuela tienen un aire especial que trasciende la flecha del tiempo y se conecta con el reino espiritual.
Una película que combina literatura y observación documental
La película logra una rara convergencia entre una concepción literaria y una observación detallada que sugiere un enfoque documental. Jackson y el director de fotografía Jomo Fray crean secuencias audaces y matizadas a partir de momentos que en otras películas se resumirían en una o dos tomas. El viaje de la familia lejos de su hogar después del funeral de Evelyn, por ejemplo, se muestra a través de una serie de imágenes que capturan la belleza del entorno y los detalles de las niñas. Estas construcciones evocan el poder de la memoria y la estética. La película está llena de momentos que trascienden la mera transmisión de información y transmiten una textura profunda.
Diálogos poderosos y actuaciones conmovedoras
El diálogo de la película es conciso pero poderoso. Jackson escribe líneas que transmiten una experiencia profunda y los actores las interpretan de una manera que las hace sentir auténticas. Los gestos de afecto entre Mack y Wood, interpretados por Charleen McClure y Reginald Helms Jr. en su etapa adulta, son conmovedores y evitan los clichés. La película logra transmitir el ritmo de vidas profundamente consideradas a través de énfasis, pausas y ternura.
Una trama sorprendente y conmovedora
Evitar spoilers en la mayoría de las películas es una cortesía, pero en el caso de “All Dirt Roads Taste of Salt” es casi una necesidad moral y estética. La trama básica de la película presenta un giro de acontecimientos multidimensionalmente sorprendente,