Implantes cerebrales permiten a personas ciegas recuperar la visión
Esta historia forma parte de una serie sobre los avances actuales en Medicina Regenerativa. En este artículo, exploraremos los progresos en las interfaces cerebro-máquina.
Restaurando la visión con implantes cerebrales
En 1999, se definió la medicina regenerativa como el conjunto de intervenciones que buscan restaurar el funcionamiento normal de tejidos y órganos dañados por enfermedades, traumas o el paso del tiempo. Esto incluye una amplia gama de terapias, desde medicamentos químicos y genéticos hasta intervenciones biomecánicas y terapias celulares.
Actualmente, hay alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo que sufren de ceguera y otros 250 millones con discapacidad visual moderada a grave. La mayoría de los casos de ceguera se deben a lesiones o al envejecimiento, aunque también hay personas que nacen con condiciones genéticas que afectan su visión. Aunque aún no es posible restaurar completamente la vista mediante intervenciones médicas, los nuevos implantes cerebrales ofrecen la posibilidad de una restauración significativa.
El proyecto NeuraViPeR
El proyecto NeuraViPeR, iniciado en la Unión Europea a finales de 2020, tiene como objetivo proporcionar una prótesis visual asequible para más de 2,5 millones de europeos ciegos. Se espera que el producto final esté disponible en masa en 2025, y actualmente se están llevando a cabo estudios exhaustivos sobre los implantes.
El primer sujeto de prueba para NeuraViPeR recibió un pequeño implante en la corteza visual del cerebro. En las personas con visión, la luz que llega a la retina se traduce en señales eléctricas interpretadas por el cerebro en la corteza visual. Sin embargo, en casos de ceguera, la retina o el nervio óptico pueden estar dañados, por lo que el implante en la corteza visual evita estas regiones afectadas.
El implante consiste en aproximadamente 100 microelectrodos que permiten al usuario ver a pesar de su ceguera. Estos electrodos están conectados a unas gafas equipadas con una cámara de video que captura el movimiento y transmite la información al implante, imitando el funcionamiento de nuestros ojos y la corteza visual.
Avances y desafíos
Los electrodos son capaces de detectar el borde de los objetos y el movimiento, pero debido a la cantidad limitada de electrodos (96 en total), la calidad de la imagen es baja en comparación con la visión humana normal, que tiene una resolución de un millón de píxeles. Para lograr una visión detallada, los investigadores sugieren que se necesitarían entre 1.000 y 2.000 electrodos en el implante.
Otro desafío es acelerar la transferencia de información entre el procesador visual y el implante cerebral. Además de la baja calidad de imagen, la velocidad de fotogramas también es limitada debido al procesamiento lento de los datos visuales a través del implante.
Para abordar estos desafíos, en noviembre de 2022 se inició el proyecto independiente HyperStim, que busca mejorar la velocidad de procesamiento junto con el proyecto NeuraViPeR. Se espera que en los próximos años se logren avances significativos en la tecnología de implantes cerebrales para restaurar la visión.
Un futuro prometedor
Aunque aún faltan años para la versión final de esta tecnología, los avances en los implantes cerebrales representan un gran paso hacia la superación de la ceguera. NeuraViPeR y HyperStim ofrecen esperanza a las personas ciegas al proporcionar prótesis visuales tangibles en un futuro cercano.
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