Hamás dice que ha lanzado un “gran” ataque con cohetes contra la zona de Tel Aviv, en el centro de Israel, varios de los cuales fueron interceptados por sistemas de defensa aérea, según el ejército israelí.
Horas más tarde, funcionarios civiles y de salud palestinos dijeron que decenas de palestinos habían muerto y herido en un ataque israelí en un área de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde se refugiaban personas desplazadas.
Muchas de las víctimas vivían en tiendas de campaña en el campo de Tal al-Sultan, dijo la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, añadiendo que era probable que aumentara el número de muertos. Un funcionario de la oficina de medios dirigida por Hamas dijo que 30 personas habían muerto.
En un comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que habían llevado a cabo un ataque aéreo contra “un complejo de Hamás en Rafah”, donde operaban “importantes terroristas de Hamás”. Tras reconocer los informes de víctimas civiles por un incendio provocado por el ataque, el ejército dijo que el incidente estaba “bajo revisión”.
El ataque de Hamas a Tel Aviv -la primera vez en casi cuatro meses que el grupo ataca el centro de Israel- se produjo en medio de una operación militar israelí en curso en Rafah, que ha continuado desafiando un fallo del tribunal superior de la ONU.
El bombardeo de hasta ocho cohetes pone de relieve la amenaza que Hamás sigue representando para la población de todo Israel, aunque no hubo informes de heridos.
También ilustra los desafíos que enfrenta el ejército israelí a medida que avanza hacia el sur de Gaza para expulsar a Hamás de lo que llama su “último gran bastión”.
El ataque con cohetes se produjo antes de nuevas negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás, que se espera que se reanuden la próxima semana.
El ala militar de Hamás, las Brigadas Izzedine al-Qassam, dijo que era en respuesta a “la masacre de civiles”.
Pero al desestabilizar brevemente la relativa normalidad que los residentes de Tel Aviv -el centro económico de Israel- habían estado disfrutando en los últimos meses, Hamas puede estar tratando de mostrar su fuerza antes de las conversaciones, o tratando de descarrilarlas.
Las sirenas antiaéreas también sonaron en ciudades como Herzliya y Petah Tikva. Las FDI dijeron que su sistema antimisiles Cúpula de Hierro había interceptado tres de los ocho proyectiles.
La mayoría de ellos aterrizaron en áreas abiertas, pero las fotos publicadas por los medios israelíes parecían mostrar daños menores por metralla en una casa en Herzliya, donde vivía una anciana con su cuidador. La policía dijo que dos personas sufrieron heridas leves.
Y en Kfar Saba, al norte de Tel Aviv, un cohete cayó sobre un campo creando un gran cráter.
Más tarde el domingo, también sonaron sirenas en varias aldeas fronterizas del sur adyacentes a Gaza, incluidas algunas donde los residentes han regresado a vivir desde el ataque de Hamás el 7 de octubre.
Hamás no confirmó que los cohetes fueran lanzados desde Rafah, donde se informó de combates cerca del hospital kuwaití.
A pesar de la intensa preocupación internacional, Israel comenzó su ofensiva en la ciudad del sur de Gaza hace unas tres semanas, prometiendo destruir lo que dijo eran los últimos batallones de Hamas presentes allí.
Pero los últimos ataques con cohetes son un recordatorio de las capacidades militares de Hamás después de siete meses de una ofensiva que, según Israel, tenía como objetivo eliminar al grupo.
El ministro del gabinete de guerra, Benny Gantz, dijo que los lanzamientos de cohetes mostraban la necesidad de que los militares siguieran adelante con su ataque.
La ONU dice que más de 800.000 palestinos han huido de Rafah, una ciudad en el extremo sur de Gaza. Alrededor de 1,5 millones se habían refugiado allí de los combates en otras partes de Gaza.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina dijo que el área afectada por el ataque aéreo de las FDI había sido designada para personas desplazadas.
La campaña militar de Israel en Gaza comenzó después de que hombres armados de Hamas atacaran a Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas y llevando a otras 252 de regreso a Gaza como rehenes.
Desde entonces, casi 36.000 palestinos han muerto en la guerra, según el Ministerio de Salud de Gaza dirigido por Hamás.