pocos profesionales de la salud que fuman, pero los que lo hacen deberían dejar de fumar, ya que eso enviaría un mensaje contradictorio a los pacientes. Además, los sanitarios también deben hablar con sus pacientes sobre los riesgos del tabaco y ofrecerles apoyo para dejar de fumar.En resumen, los pulmones de una persona fumadora son diferentes a los de alguien que no fuma. Los fumadores tienen menos capacidad pulmonar, sus pulmones están más deteriorados y son menos flexibles. Dejar de fumar puede mejorar la función pulmonar, pero la cantidad de años que se haya fumado y la carga de tabaco consumida también afectan los resultados. Es importante concienciar a los jóvenes sobre los riesgos del tabaco y promover una ley antitabaco más estricta. Los padres, educadores y profesionales de la salud también deben desempeñar un papel ejemplar y ofrecer apoyo a los fumadores que deseen dejar este hábito

by tiempoantenacom

El abandono del tabaquismo, el único tratamiento efectivo para la EPOC, según experto en Tabaquismo

21 de noviembre de 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Contrario a la creencia popular, el tabaco no es simplemente una cuestión de voluntad o vicio. El tabaquismo es una enfermedad adictiva y crónica, en la que el 80% de los casos comienza antes de los 20 años y se mantiene debido a la dependencia a la nicotina, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). En España, más de 12 millones de personas son fumadoras, siendo el grupo de edad de 24 a 35 años el más destacado. Sin embargo, el problema se remonta a una edad temprana: a los 13 años se prueba el primer cigarrillo y a los 14 se fuma a diario. A pesar de su normalización, los datos revelan que el tabaquismo es la principal causa de muerte prematura, con más de 160 fallecimientos diarios y aproximadamente 60,000 muertes al año.

La nicotina tarda unos diez segundos en llegar al sistema nervioso central, y su efecto se multiplica con cada calada. Se une a las células nerviosas en los receptores y libera dopamina, una sustancia responsable de la sensación placentera. Cuanto más se consume, mayor es la dosis necesaria para satisfacer la dependencia.

A corto plazo, el tabaquismo disminuye el rendimiento físico, causa mal aliento, manchas en los dientes, afecta la piel y atrofia el gusto y el olfato. Sin embargo, los problemas graves surgen a largo plazo, como el cáncer de pulmón, la bronquitis crónica, la EPOC y las enfermedades cardíacas. Por esta razón, nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. El Dr. Carlos Rábade, neumólogo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela y responsable del área de Tabaquismo de la Separ, destaca que el sistema de salud público ofrece una amplia gama de tratamientos seguros y efectivos para ayudar a superar esta adicción.

Convencer a alguien para dejar de fumar

—¿Qué argumento utilizaría para convencer a alguien de que deje de fumar?

—Depende del tipo de persona a la que me dirija. No es lo mismo intentar convencer a un adolescente que a alguien que ya padece una enfermedad relacionada con el tabaco y experimenta sus efectos negativos, y que ya ha intentado dejar de fumar sin éxito. Por eso es tan importante personalizar el mensaje. Si me dirijo a un adolescente, le diría que se beneficiará de dejar de fumar. Una persona que no fuma tendrá muchos menos problemas, como un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Tendrá más independencia y libertad, ya que el tabaquismo es una enfermedad adictiva y, como tal, uno necesita ese cigarrillo cada cierto tiempo y tiene que ir a comprarlo a una tienda. Se vuelve dependiente de esa cajetilla. También le diría que empeorará su apariencia física, su capacidad para hacer ejercicio y deporte, y que, por lo tanto, llevará una vida más sedentaria. Además, perderá autoestima, ya que al ser una enfermedad adictiva, introduce a los consumidores en un círculo que los hace dependientes de esa droga, lo que aumenta los niveles de ansiedad. Después intentan dejarlo y no lo logran.

—Y en el caso de un adulto fumador?

—Como mencioné antes, esto es diferente. Si es una persona con una enfermedad relacionada, ya está experimentando algunas de las consecuencias en su propio cuerpo y, muchas veces, quiere dejar de fumar pero tiene miedo de intentarlo porque ha fracasado en el pasado. Les diría que hay profesionales de la salud que pueden ayudarlos en todo momento, que comprenden su enfermedad y tienen los recursos para acompañarlos. Si bien ningún profesional de la salud puede hacer que alguien deje de fumar, sí pueden brindar apoyo y asesoramiento, con consejos de comportamiento y medicación. Los medicamentos reducen los síntomas de la falta de nicotina que experimenta el fumador en los primeros días, que es una de las principales razones por las que la persona recae. No es un proceso fácil, pero se puede lograr. Cuantos más intentos de abandono realice una persona, más posibilidades tendrá de tener éxito. La perseverancia y la creencia en uno mismo son muy importantes.

El apoyo del sistema de salud público para los fumadores

—Si soy fumador, ¿cómo puede ayudarme el sistema de salud público?

—El tratamiento del tabaquismo es llevado a cabo por médicos y enfermeras, quienes desempeñan un papel fundamental. En cuanto a los médicos, hay dos niveles de atención. El primero es un nivel básico de atención que se brinda en los centros de salud. En este sentido, el médico de atención primaria está capacitado para tratar a un fumador que desea dejar de fumar. Sin embargo, cuando no se logra el objetivo, ya sea debido a una alta dependencia a la nicotina o a otras enfermedades que dificultan el tratamiento, se requiere un nivel de atención más especializado.

En resumen, el abandono del tabaquismo es esencial para tratar la EPOC y otras enfermedades relacionadas con el tabaco. Tanto los jóvenes como los adultos fumadores pueden beneficiarse de los tratamientos y el apoyo ofrecidos por el sistema de salud público. Dejar de fumar no solo mejora la salud física, sino que también brinda independencia y libertad a quienes luchan contra esta adicción.

Las unidades de tabaquismo en Galicia: una esperanza para los fumadores que desean dejar el hábito

En Galicia, se han establecido unidades de tabaquismo en cada área sanitaria para brindar apoyo a los fumadores que han intentado dejar de fumar sin éxito. Estas unidades, que operan de uno a dos días a la semana, se centran en atender a pacientes más complejos que requieren intervenciones individualizadas. Además de las consultas presenciales, también se ofrecen intervenciones grupales y telefónicas para garantizar una atención mixta y evaluar los síntomas de dependencia.

Estas tres formas de intervención han demostrado ser seguras, eficaces y respaldadas por una sólida evidencia científica. Según las revisiones sobre los métodos para dejar de fumar, combinar el asesoramiento conductual con medicamentos para dejar de fumar puede triplicar o cuadruplicar las posibilidades de éxito en el abandono del tabaco.

La adicción al tabaco: más poderosa que la heroína

La nicotina, presente en el tabaco, es una de las sustancias más adictivas conocidas. Su rápida absorción a través de la inhalación y su llegada al cerebro en tan solo doce segundos contribuyen a su alto poder adictivo. Además, se ha observado que los adolescentes que comienzan a consumir nicotina tienen una mayor predisposición a consumir otras drogas. Por lo tanto, el tabaco no solo es adictivo por sí mismo, sino que también puede ser una puerta de entrada a otras sustancias.

De hecho, fumar tabaco resulta más adictivo que iniciar el consumo de otras drogas. La nicotina altera los mecanismos de recompensa en el sistema nervioso central, lo que puede llevar a una mayor predisposición hacia otros consumos. El fenómeno del policonsumo, que implica el consumo de tabaco junto con otras sustancias como hachís, cocaína y heroína, es un problema que debe abordarse de manera integral.

El auge del policonsumo: una preocupación creciente

El policonsumo no se limita solo a las drogas convencionales, sino que también se ha observado en combinación con cigarrillos electrónicos y tabaco calentado. La industria tabacalera ha encontrado una forma de mantener su negocio introduciendo grandes cantidades de nicotina en estos productos. Actualmente, cualquier persona puede acceder fácilmente a un cigarrillo electrónico, sin darse cuenta de que también contiene nicotina. Esto aumenta las posibilidades de que los adolescentes se conviertan en fumadores y, potencialmente, en consumidores de otras drogas en el futuro. Es importante destacar que la nicotina utilizada en los tratamientos para dejar de fumar está controlada y supervisada por profesionales sanitarios, con el objetivo final de lograr el abandono del tabaco.

Los efectos tóxicos del tabaco en el organismo

El tabaco contiene numerosas sustancias tóxicas, entre las que se encuentra la nicotina. Esta sustancia se absorbe rápidamente a través de la inhalación y puede ingresar al organismo por la mucosa orofaríngea, la vía sublingual o la vía respiratoria. Una vez en la circulación sanguínea, la nicotina actúa sobre todos los órganos del cuerpo, desde el corazón y el sistema digestivo hasta el sistema reproductor. El tabaco puede causar disfunción eréctil e infertilidad, afectar el sistema cardiovascular y los vasos sanguíneos, dañar los pulmones y debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de infecciones.

Las sustancias tóxicas presentes en cada calada

Además de la nicotina, el tabaco contiene una serie de sustancias tóxicas, como el monóxido de carbono, que reduce el suministro de oxígeno a los órganos, y compuestos inflamatorios que afectan las vías respiratorias y causan arteriosclerosis. También se han identificado sustancias carcinógenas, como las nitrosaminas, que aumentan el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo pulmón, vejiga, laringe, esófago y páncreas. En resumen, el tabaco es responsable de más de 20 tipos de cáncer y contiene sustancias venenosas y letales, como el cianuro, aunque en concentraciones bajas.

En conclusión, el tabaco es una droga altamente adictiva con efectos tóxicos en todo el organismo. Las unidades de tabaquismo en Galicia brindan un apoyo crucial a aquellos fumadores que desean dejar el hábito, ofreciendo intervenciones personalizadas respaldadas por evidencia científica. Sin embargo, es importante estar alerta ante el auge del policonsumo y la introducción de nicotina en productos como los cigarrillos electrónicos, que pueden llevar a un mayor consumo de tabaco y otras drogas en el futuro.

El tabaco: un veneno mortal para la población

El tabaco es una sustancia altamente peligrosa que puede llegar a matar a las personas. Contiene más de 2.000 sustancias tóxicas y componentes dañinos para el organismo, convirtiéndose en un veneno para la población. Si lográramos eliminar el tabaco y todo lo que implica en la sociedad, podríamos evitar una gran cantidad de muertes, enfermedades relacionadas y hospitalizaciones. De hecho, el tabaco es responsable, directa o indirectamente, de las tres principales causas de muerte en nuestro país.

¿Los pulmones pueden recuperarse si una persona deja de fumar?

Cualquier edad es adecuada para dejar de fumar y los beneficios se pueden observar y percibir en cualquier momento. Es cierto que existe un período específico, entre los 30 y 50 años, en el que dejar de fumar y llevar pocos años haciéndolo puede permitir que la función pulmonar se recupere y sea similar a la de un no fumador. Sin embargo, esto también depende de otros factores, como el perfil genético de cada individuo, ya que algunas personas tienen una capacidad pulmonar mayor que otras. Aunque, en general, dejar de fumar en cualquier edad reportará beneficios significativos. La cantidad de años que una persona ha fumado y la carga de tabaco consumida también influyen en los resultados. Por ejemplo, si alguien comenzó a fumar a los doce años, tiene 40 y además consume otras sustancias, sus pulmones podrían tener una edad equivalente a los 70 años. En este caso, los beneficios de dejar de fumar serán menores que en alguien que comenzó a los 20, tiene 30 años y fuma en menor cantidad. Sin embargo, es cierto que en cualquier edad se obtendrán beneficios al dejar de fumar.

¿Cómo se comparan los pulmones de un fumador con los de un no fumador?

La diferencia entre los pulmones de un fumador y los de un no fumador es notable. Los pulmones de un fumador tienen una menor capacidad de ventilación, están más deteriorados o destruidos, se vuelven rígidos y difíciles de expandir, y tienen un color oscuro, casi negro. Además, durante una cirugía, los pacientes fumadores pueden presentar más complicaciones y problemas de recuperación, como infecciones o atelectasias. En cambio, los pulmones de un no fumador son elásticos y se ventilan correctamente. Creo que sería muy útil mostrar a las personas cómo son unos pulmones y otros, ya que esto puede tener un impacto significativo. También ayuda a comprender el daño el hecho de decirle a una persona cuántos años tienen sus pulmones, ya que mediante pruebas como la espirometría se puede estimar su edad pulmonar.

¿Por qué los jóvenes comienzan a fumar en la actualidad?

Uno de los factores que contribuye al consumo de tabaco en los jóvenes es la accesibilidad. En España, fumar es relativamente barato en comparación con otros países. Desafortunadamente, falta una ley antitabaco más estricta. Aunque se han implementado leyes previas que fueron importantes para proteger a los no fumadores y promover la cesación tabáquica, se necesitan más campañas de concienciación y sensibilización dirigidas a los jóvenes.

¿Por dónde deberíamos comenzar a abordar este problema?

Es necesario que los centros sanitarios y las escuelas desempeñen un papel ejemplar. Los padres también tienen una responsabilidad importante con sus hijos. Los jóvenes que crecen en un entorno donde sus padres fuman tienen más probabilidades de comenzar a fumar. Lamentablemente, muchas familias tienen al menos un padre fumador, lo que normaliza el hábito de fumar dentro del hogar. Los modelos a seguir para los adolescentes son los padres, los educadores y las figuras públicas. Si ven que fumar es algo normal en estos entornos, es probable que no lo perciban como algo negativo. Por eso es crucial proteger a los niños, realizar campañas dirigidas a los padres para que dejen de fumar, no solo por su papel ejemplar, sino también porque fumar perjudica a sus hijos. Además, es importante capacitar a los profesores para que puedan educar a los niños en hábitos saludables a través de asignaturas como Educación Física. Los profesionales de la salud también deben dar el ejemplo y no fumar, ya que la imagen de un sanitario fumando puede influir en la normalización de este comportamiento en la población. Esto es algo que debemos tener en cuenta.

La EPOC y el tabaquismo: una relación infradiagnosticada e infratratada

La EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es la tercera causa de muerte en el mundo, según la OMS. En España, afecta al 9,1% de la población adulta. ¿Cómo se relaciona con el tabaquismo?

La falta de diagnóstico y tratamiento

Ambas enfermedades comparten elementos en común, principalmente que tanto el tabaquismo como la EPOC están infradiagnosticados. Existe un porcentaje considerable de pacientes con EPOC, que son fumadores o lo han sido, y aún no han recibido un diagnóstico ni un tratamiento adecuado. Además, ambas enfermedades también son infratratadas. En el caso del tabaquismo, muchos fumadores no reciben tratamiento, ya que solo entre un 10% y un 20% de aquellos que intentan dejar de fumar lo hacen con las medidas adecuadas. En el caso de la EPOC, hay un alto porcentaje de pacientes que ni siquiera saben que la padecen. Estas enfermedades están estrechamente relacionadas, ya que la mayoría de los pacientes con EPOC la desarrollan debido al tabaco. De hecho, el tabaquismo es el principal factor de riesgo, aunque también existen otros como la exposición a la biomasa.

La importancia de la información y el diagnóstico precoz

La falta de conocimiento sobre la EPOC en la población es similar a lo que ocurre con el tabaquismo. Es fundamental proporcionar información precisa, como por ejemplo, que las personas que han fumado un paquete al día durante más de 20 años deben realizarse una espirometría, ya que esta prueba puede proporcionar un diagnóstico. Además, si una persona se cansa fácilmente al caminar, subir escaleras o cuestas, y ha fumado o sigue fumando, es esencial que acuda a su médico de cabecera para informarle sobre este problema y determinar si se trata de EPOC o no. Dar a conocer esta enfermedad es crucial, ya que es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo y su principal causa es el tabaquismo.

Los beneficios de un diagnóstico precoz

Un diagnóstico precoz puede mejorar el pronóstico de la EPOC, lo cual es de vital importancia. Si se detecta a tiempo y el paciente deja de fumar y recibe el tratamiento adecuado, es posible frenar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Incluso, la EPOC puede llegar a ser mortal. Los pacientes con esta enfermedad suelen ingresar con frecuencia en hospitales y pueden volverse dependientes de dispositivos médicos, lo que limita su movilidad y los confina a sus hogares. Muchos de ellos solo pueden dar unos pocos pasos al día debido a la fatiga. Por lo tanto, estamos frente a un problema de gran importancia, en gran parte causado por el tabaquismo.

El abandono del tabaquismo como tratamiento principal

Dejar de fumar sigue siendo el tratamiento más eficaz para combatir la EPOC. Además de las medidas conductuales, existen tratamientos farmacológicos disponibles. Sin embargo, es importante destacar que los broncodilatadores son solo una ayuda adicional, ya que si no se abandona el hábito de fumar, su efecto es limitado.



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